lunes, 24 de septiembre de 2012

Apuesta

Tengo ganas de apostar a que puedo escribir un blog y no congelarlo en el tiempo.
Un blog sobre distintos temas, después de todo, no soy bueno en ningún tema en particular, pero me gusta opinar de todo en general. No pretendo volcar datos exactos ni exageradamente verificados. Pretendo volcar ideas, y las ideas no requieren de datos verificados. Se puede edificar una idea sobre una mentira absoluta, y aún así puede ser una buena idea. El pensamiento no necesita de la verdad.
En este camino, el primer problema que se me presentó es el del nombre del blog. Obviamente, ya hay muchos nombres tomados. Quería que el nombre fuera una sola palabra, de vago que soy nomás. Elegí "ergástula", una palabra que escuché por primera vez en un programa de Dolina donde hablaba de distintas torturas que se practicaban en la antigüedad. La ergástula, creo recordar, es como una celda que no es lo suficientemente alta como para quedarse parado, ni lo suficientemente ancha como para acostarse. No tiene rendijas, lo cual evita que el condenado pueda calcular los días que pasa dentro de ella. Las condenas duraban años enteros, y el prisionero no tenía contacto con nadie, ni con nada. Apenas con la poca comida que le tiraban por un hueco mínimo. De la ergástula solo se podía salir de dos maneras: muerto o loco. Tendrá entonces este blog escritos que no sean lo suficientemente altos, ni lo suficientemente anchos. No soy tan ambicioso como para creer que puedo inspirar la muerte o la locura, pero bueno, dejemos la metáfora incompleta y a cambio les presento mi segundo encuentro con la palabra ergástula. Se trata de un genial poema de Borges:

El porvenir es tan irrevocable
como el rígido ayer. No hay una cosa
que no sea una letra silenciosa
de la eterna escritura indescifrable
cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
de su casa ya ha vuelto. Nuestra vida
es la senda futura y recorrida.
Nada nos dice adiós. Nada nos deja.
No te rindas. La ergástula es oscura,
la firme trama es de incesante hierro,
pero en algún recodo de tu encierro
puede haber un descuido, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha
pero en las grietas está Dios, que acecha.


Este poema condensa mi visión del universo. Creo que, de alguna manera, todo está escrito desde el principio, pero que el libro en donde está escrito, tiene letras borroneadas o páginas que faltan. Y es justamente ahí donde entramos nosotros y nuestro libre albedrío. Nunca sabemos si estamos transitando un pedazo de nuestra vida que está escrito en piedra o si transitamos por una página endeble que podemos modificar utilizando nuestra fuerza de voluntad. Tampoco importa mucho. Lo que si importa es caminar atentos, porque seguramente alrededor nuestro existirán signos que nos permitan distinguir unas páginas de otras.
Esta noche creí estar transitando una de estas páginas débiles donde tenía la opción de empezar un blog o no empezarlo. Decidí empezarlo, me pregunto si habré elegido bien...

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